Del germen de trigo a la oblea: recuperando la esencia perdida de la creencia moderna
Avery Marks
La narración siempre ha sido fundamental para la experiencia humana. No es solo una forma de entretenimiento, sino un mecanismo fundamental a través del cual transmitimos conocimiento, valores y emociones: es la forma en que educamos a nuestros jóvenes y la razón por la que honramos a nuestros mayores. Las historias son el corazón y el alma de la humanidad. En la era moderna, donde los rápidos avances tecnológicos moldean nuestra vida cotidiana, la narración es una herramienta poderosa para impulsar y dirigir la innovación inclusiva y humana. Al escuchar y compartir historias, cultivamos la empatía, comprendemos diversas perspectivas y dirigimos nuestra creatividad hacia el florecimiento colectivo de la humanidad .
Sin embargo, la llegada de la tecnología de IA ha generado un temor y una ansiedad significativos en la comunidad creativa y la sociedad en general. Muchos profesionales lidian con las implicaciones de la IA en su trabajo y sus vidas, temiendo la obsolescencia o una deshumanización del proceso creativo. Esta inquietud no es infundada, ya que la IA continúa evolucionando, a menudo superando los marcos regulatorios y las consideraciones éticas. La preocupación va más allá de la seguridad laboral y afecta la esencia de la creatividad y la expresión individual, elementos que definen nuestra humanidad. El espíritu de la época cultural refleja esta ansiedad, con innumerables discusiones, artículos y debates que destacan los riesgos potenciales y los dilemas éticos que plantea la IA. Como suele ocurrir, parece que hemos pisado el acelerador a fondo sin una idea de destino final ni una brújula real que nos guíe.
Para siquiera iniciar un debate sobre cómo avanzar, primero debemos recalibrar nuestra nueva realidad compartida: la IA llegó para quedarse. Curiosamente, los primeros usos registrados de la IA se remontan a mediados del siglo XX, con la Prueba de Turing y computadoras tempranas como Deep Blue de IBM, que marcaron los primeros pasos de la humanidad en la inteligencia artificial. Estos hitos no solo mostraron las capacidades de la IA, sino que también despertaron la primera participación pública y la curiosidad sobre su potencial. En realidad, la IA existe desde hace tiempo. Su presencia es tan inevitable como el amanecer, pero su impacto es objeto de intenso debate. Para algunos, la IA es el asteroide, una amenaza, un presagio de disrupción, destinado a arrasar con lo familiar. Para otros, es fuego, una promesa de potencial incalculable y desconocido, capaz de impulsar la innovación y la transformación.
Ambas perspectivas son ciertas. La analogía del asteroide capta la ansiedad existencial que muchos sienten a medida que la IA invade dominios tradicionalmente humanos. El miedo no se limita a la pérdida de empleos o a la crisis económica, sino a una erosión más profunda de lo que significa ser humano. Por otro lado, la analogía del fuego evoca la promesa prometeica de la IA, una antorcha que nos guía hacia reinos inexplorados de creatividad y eficiencia, quizás incluso hacia una comprensión más clara de nuestra humanidad. No importa cómo elijas verlo, no puedes dejar de verlo. No podemos volver atrás. Lo único más difícil que pedirle a la humanidad que desacelere es pedirle que retroceda: que desinnove.
Ambos puntos de vista parecen preocuparse por la pérdida y la ganancia. Algunos nos piden que pensemos en todo lo que podríamos ganar, mientras que otros se lamentan, pero piensan en lo que podemos perder. Pero ninguno parece preocuparse demasiado por la inteligencia en sí, sino más bien por cómo podría usarse. Así que, en cierto sentido, la amenaza de la IA no tiene nada que ver con la inteligencia, sino con el alma, nuestra alma. La inteligencia, en el contexto de la IA, es un conjunto de algoritmos, una serie de cálculos diseñados para lograr resultados específicos. Pero el alma es indefinible, intangible. Es la chispa de la creatividad, la fuente de la empatía, el núcleo de nuestra humanidad compartida. Quizás nuestro mayor miedo no sea el asteroide, sino la bala. Mayormente inofensiva por sí sola, pero infinitamente mortal cuando se carga en un arma.
Al integrar la IA en nuestros procesos, debemos esforzarnos por mantenernos firmes en la idea de preservar nuestro espíritu humano. No como un contrapunto a la herramienta, sino como una brújula para ella. Esto significa ir más allá de lo superficial, ahondar en las complejidades de la experiencia humana y crear y consumir narrativas que resuenen, no que dividan. Significa usar la IA no solo como una herramienta para la eficiencia, sino como un aliado en la exploración, ayudándonos a descubrir nuevas facetas de nuestra propia humanidad. Plantémonos preguntas menos obvias como "¿ Cómo podemos usar la IA para reducir el ritmo? " o "¿Podríamos usarla para desarrollar una mayor empatía mutua?" y evitemos la dicotomía simple: "¿ IA, buena o mala?". Esta nueva amenaza solo se percibe como existencial debido a cuánto de nuestra humanidad ya hemos sacrificado en aras de la eficiencia.
En medio de esta incertidumbre, la narración de historias puede surgir como un remedio vital para la ansiedad social asociada con la tecnología de IA. Plataformas como BitterSweet Monthly , Atmos Magazine , Emergence Magazine e innumerables otras desempeñan un papel crucial en la preservación de nuestra humanidad a través de su compromiso con las narrativas centradas en el ser humano. Personas como Stephen Saterfield, Joshua Cogan, Christiane Amanpour, la Dra. Rae Wynn-Grant, Steve Irwin y Anthony Bourdain (que en paz descanse), han dedicado, y en algunos casos dado, sus vidas en la búsqueda de mantenernos conectados con la magia que nos rodea, con el espíritu. Estas personas y plataformas ofrecen historias ricas e inmersivas que nos recuerdan nuestra interconexión y experiencias compartidas. A través de una narración reflexiva y evocadora, crean espacios para la reflexión y el diálogo, ayudándonos a navegar por las complejidades de nuestro mundo en evolución. Defienden la idea de que la narrativa puede servir como consuelo y como salvaguarda, asegurando que el avance tecnológico no se produzca a costa de nuestra humanidad compartida. Nos proporcionan a nosotros y a nuestra innovación una dirección.
La narración actúa como un baluarte contra los peligros de la innovación descontrolada. Al fomentar una cultura de empatía y comprensión, estas plataformas narrativas nos ayudan a protegernos de las peores consecuencias del progreso tecnológico, buscado sin más. Enfatizan la importancia de mantener un enfoque centrado en el ser humano en todos los esfuerzos, recordándonos que el verdadero valor de la innovación reside en su capacidad para mejorar nuestro bienestar colectivo. Al interactuar con historias que resaltan nuestros miedos más profundos y nuestras mayores aspiraciones, estamos mejor preparados para guiar el desarrollo de la IA hacia resultados que honren y fortalezcan el espíritu que todos llevamos dentro.
Para establecer un paralelo, considere el diseño de las ciudades estadounidenses a mediados del siglo XX, que priorizaban los automóviles sobre los peatones. Esta planificación urbana centrada en el automóvil condujo a suburbios extensos, carreteras congestionadas y una disminución de las interacciones comunitarias. En contraste, las ciudades diseñadas para ser transitables a pie y promover la interacción humana, como Copenhague, Ámsterdam y Portland, demuestran niveles significativamente más altos de cohesión social, salud pública y vitalidad económica. Las estadísticas revelan que las ciudades transitables a pie se jactan de tasas de obesidad más bajas, menores emisiones de gases de efecto invernadero y economías locales más dinámicas. Aquí en los EE. UU., algunos estados han tomado nota y han logrado reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y las tasas de obesidad mediante un mayor uso del transporte público y comunidades extensas menos centradas en el automóvil. Mientras que otros, como mi estado natal de Texas, donde los residentes pasan un promedio de 54 minutos diarios en sus automóviles, continúan luchando con mayores emisiones y tasas de obesidad en comparación con estados con perfiles económicos similares.
Las investigaciones demuestran que las comunidades transitables también tienden a ser vibrantes centros creativos y culturales, lo que fomenta un entorno rico para las artes y la innovación. Al mismo tiempo, existen estudios empíricos que demuestran que construir más carreteras para vehículos solo aumenta la presión sobre la infraestructura, lo que genera congestión en primer lugar.
Durante tres generaciones, nuestro mundo se ha visto moldeado, en formas grandes y obvias, y pequeñas y a menudo invisibles, por la decisión de servir a la innovación en lugar de permitir que esta trabaje para nosotros. Esta analogía subraya la importancia de mantener una mentalidad centrada en el ser humano en todas las formas de innovación. Así como la planificación urbana que prioriza la interacción humana conduce a comunidades prósperas, también los avances tecnológicos centrados en los valores humanos conducirán a una sociedad floreciente. Al navegar por esta nueva incógnita digital, la narración emerge como una brújula vital, guiándonos para mantener nuestra orientación hacia el espíritu humano en medio de la rápida evolución tecnológica. Al integrar nuestras experiencias y valores humanos en la estructura de la innovación, la narración garantiza que nuestro futuro tecnológico se mantenga arraigado en la riqueza de la conexión y la comprensión humanas, fomentando una sociedad donde la tecnología sirva para enriquecer, y no eclipsar, nuestra esencia humana.
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Para profundizar en los temas mencionados, explore recursos como " La muerte y la vida de las grandes ciudades estadounidenses " de Jane Jacobs, " Tecnopolio " de Neil Postman y las obras de investigadores de IA centrada en el ser humano, como la Dra. Fei-Fei Li. Estos materiales ofrecen valiosas perspectivas sobre cómo podemos navegar la intersección de la tecnología, la humanidad y la narrativa para construir un mundo más empático y conectado.
Y si desea profundizar en la Antología City As Playground de Leadership Foundation, está disponible para comprar aquí .
Obiekwe "Obi" Okolo
Editor invitado