Introducción
En el momento en que te sientes realmente agotada. Temiendo por tu vida y la seguridad de tus hijos, decides irte. ¿Pero adónde irás? Dependes económicamente de tu abusador y no sabes cómo te mantendrás.
Muchas mujeres en esta misma situación han encontrado luz en la oscuridad gracias a Bethany House del Norte de Virginia. Desde el primer momento de intervención en crisis hasta la sanación emocional y la inserción laboral, Bethany House atiende a mujeres (y a sus hijos) que han sufrido violencia doméstica. Qué tarea tan delicada y crucial es ayudar a las personas afectadas y destrozadas a recuperar la salud y la dignidad, y a reconstruir sus vidas.
Comenzó en 1979 cuando su fundadora, Doris Ward, observó las inmensas dificultades que enfrentaban las víctimas de abuso: largas esperas en los tribunales, recursos limitados y falta de un refugio seguro. El problema se agravaba por la percepción del abuso como un "asunto privado".
Desde hace tres décadas, gracias a Doris Ward y Bethany House, los sobrevivientes de violencia doméstica y sus hijos han encontrado seguridad, apoyo y recursos para recuperar el control de sus vidas.
Quizás conozcas a alguien en una situación aterradora y difícil. Quizás algún día conozcas a alguien en una situación similar. En sus momentos de dolor y desesperación, recuerda a Bethany House: este grupo profundamente inspirador de personas amorosas y cariñosas, dispuestas a brindar a las familias refugio de emergencia, acceso a servicios sociales, terapia especializada y planes personalizados de empleo, transporte, vivienda, guardería, así como dos años de apoyo continuo.
Tu trabajo es saber que Bethany House existe, porque compartir ese conocimiento en un momento crítico podría salvar una vida. Sin duda, esta historia es una de las más importantes que jamás hayamos contado.
Tácticas + Herramientas
Una de cada cuatro mujeres sufrirá abuso. Una de cada cuatro. Esto debería cambiar la forma en que vemos a los desconocidos en el ascensor de la oficina, en el supermercado, en el autobús o el metro, en un partido de béisbol. Debería darnos cierta empatía y la disposición a ayudar.
Sabía que el matrimonio no iba a funcionar, pero no sabía cómo salir de él. Me sentía estancada.
Ron tenía un carácter muy fuerte y Janice lo sabía. Justo cuando había decidido romper con él, Ron sufrió un grave accidente. Gravemente herido y con necesidad de meses de terapia, Janice pospuso su decisión y permaneció a su lado durante toda su recuperación. Después (como era de esperar), Ron le propuso matrimonio. Aunque había sido verbalmente abusivo antes del accidente, Janice creía que había cambiado. Le dijo que sí y se casaron poco después.
No pasó mucho tiempo antes de que Ron volviera a sus tendencias abusivas. Lo que empezó con regaños y menosprecios se convirtió en violencia física y potencialmente mortal cuando Ron la estranguló mientras estaba embarazada.
Al poco tiempo, la violencia física se volvió frecuente. Janice consideró irse, pero no tenía adónde ir. Su familia vivía lejos, en otro estado, y ella no quería separar a sus hijos de su padre. Desgarrada por su situación y deseando que el abuso terminara, Janice se sentía atrapada. Tras un ataque particularmente brutal en el que recibió puñetazos y patadas, decidió que era hora de encontrar una salida.
Poder y control
Los métodos que utilizan los abusadores para mantener a sus víctimas sumisas son muchos y variados, pero siempre se reducen a tácticas de poder y control y a menudo incluyen el uso del abuso emocional, la minimización, la negación, el control económico, las amenazas y la coerción.
Por definición, la violencia doméstica es un patrón de comportamientos abusivos que una persona utiliza para controlar a otra en el contexto de una relación íntima o familiar. Siendo la forma más común de violencia y el delito menos denunciado, se presenta en familias de todas las razas, religiones, niveles educativos y grupos de ingresos, y adopta diversas formas y combinaciones, como la crueldad física, verbal, sexual y emocional o mental.
Es complicado
El abuso, que suele implicar manipulación, intimidación, culpa, aislamiento y amenazas, rara vez es simple o directo. Las mujeres en situaciones de abuso suelen temer represalias, la ruina financiera, amenazas a sus hijos e incluso a su vida. Aunque reconocen el abuso, con demasiada frecuencia se sienten atrapadas e impotentes para cambiar su situación o temen que las consecuencias de dejar a su abusador sean peores que las que ya están padeciendo.
Cada tres horas, una familia ingresa a un refugio para víctimas de violencia doméstica.
Para muchas mujeres y niños, la violencia doméstica lleva a la indigencia. Los maltratadores suelen usar el aislamiento como una herramienta de poder y control: les impiden conseguir o conservar un trabajo, las hacen dependientes de él para obtener dinero al controlar el acceso a los ingresos familiares, limitan el acceso a la familia y la separan de sus amigos. El resultado es que, cuando está lista para irse, no tiene a quién recurrir ni medios para ser autosuficiente.
¿Cómo podemos ayudar?
Comprender las poderosas y controladoras herramientas que utilizan los abusadores es un primer paso para empatizar y comprender los abrumadores desafíos y obstáculos que pueden enfrentar las sobrevivientes. Sin embargo, la pregunta clave no es por qué se quedan, sino cómo podemos ayudar.
Y Bethany House nos da las respuestas.
Una historia de sanación
Cuando Kim llegó por primera vez a Bethany House, no era la mujer alegre y sonriente que es hoy. Estaba herida, cansada, asustada y sola. Tras varios años de duro abuso, encontró refugio en Bethany House y hoy vive para compartir con valentía su historia.
El esposo de Kim se sumió en un ciclo de abuso que le causó traumas mentales y físicos. Era implacable, incluso delante de sus hijos. Kim trabajaba duro, intentando tener éxito en su trabajo, ser una buena madre y mantener su pequeña casa en orden. "No podía ir a ningún sitio sin su permiso ni hacer nada sin que él lo supiera, ni siquiera para ir al banco. Siempre me decía que estaba gorda y tonta. Después de un tiempo, mi autoestima se deterioró mucho".
Kim lloraba hasta quedarse dormida todas las noches. Quería irse, pero odiaba la idea de que sus hijos crecieran sin padre, como ella. Entonces sucedió esto:
Mi hijo quería que le comprara un juguete. Cuando le dije que no podíamos comprarlo, me golpeó. Mi hijo me golpeó. Su padre le había dicho que, como no le daba lo que quería, tenía derecho a golpearme. En ese momento supe que DEBÍA irme. El único lugar al que sabía acudir era la policía. Había vivido en ese pueblo durante tanto tiempo, pero no tenía ni idea de dónde estaba la comisaría. Fui a una gasolinera local y le dije a una señora que estaba en problemas. En lugar de simplemente darme indicaciones, me dijo que la siguiera a la comisaría. La policía fue muy amable y me ayudó a encontrar un lugar donde quedarme unas noches y luego me compró un billete a Virginia.
Bethany House dio inicio a mi nueva vida. Si no los hubiera tenido, no habría existido hoy.
Kim estuvo en tres albergues diferentes antes de conocer Bethany House. Llamó y el personal de la línea de ayuda escuchó con paciencia su historia. Pronto fue aceptada en el programa y quedó maravillada la primera vez que la visitó. En lugar de camas apiladas, cada mujer recibió su propia habitación y cama. Kim suspiró aliviada y le exclamó a su nueva trabajadora social: «Esto no es un albergue, es un hogar».
Bethany House ayudó a Kim a matricularse en una escuela para que perfeccionara su inglés y así prepararse para una escuela vocacional o un puesto de tiempo completo al graduarse. "Algo que me costó cuando me mudé al albergue fue no tener transporte propio. Bethany House me ayudó a pagar taxis para ir a mis clases de inglés. Un día, alguien donó un coche a Bethany House y mi trabajadora social me llamó para decirme que tenían uno para mí. ¡Me sentí abrumada y llena de alegría!"
La pesadilla de Kim se transformó en un sueño. Redescubrió la esperanza, la alegría y una nueva vida, todo lo cual se refleja con mayor intensidad en sus hijos. Sabía que quería algo mejor para ellos, y ahora ese sueño se ha hecho realidad. El dolor no ha desaparecido por completo, pero viene acompañado de la promesa de un futuro mejor.
Lo que se necesita para reconstruir
Agregue la línea de ayuda para casos de violencia doméstica a su teléfono para que esté listo para ayudar, si es necesario: (703) 658-9500
Bethany House está salvando, protegiendo y reconstruyendo vidas, y a menudo comienza con una llamada telefónica.
La línea de ayuda cuenta con consejeros cualificados, listos para ayudar a las víctimas de violencia doméstica a superar sus circunstancias y derivarlas a proveedores de servicios para obtener comida, ropa, atención médica, apoyo legal, etc. El personal también realiza una evaluación de riesgos y un plan personalizado para garantizar la seguridad de la mujer (y sus hijos) en el futuro. Bethany House ofrece refugio a tantas mujeres y familias como sea posible y las conecta con otros proveedores de vivienda cuando sus plazas están ocupadas.
Con su capacidad actual, Bethany House puede brindar refugio seguro y confidencial durante cuatro meses. El personal trabaja con los residentes para ayudarlos a establecer y alcanzar metas a corto y largo plazo, y luego les brinda servicios de gestión de casos para ayudarlos a mantenerse en el camino correcto. Además, el refugio ofrece clases de habilidades para la vida para empoderar a las mujeres en crianza, nutrición, presupuesto, autocuidado, interacción con el sistema legal y un programa de capacitación laboral.
Recuperación del trauma
Los consejeros de Bethany House ayudan a los clientes a procesar el trauma y a resolver los problemas que puedan surgir durante la recuperación. Las sesiones de terapia individual y grupal ayudan a los sobrevivientes a replantear sus percepciones de la realidad, reconocer y corregir distorsiones cognitivas. La terapia ayuda a los sobrevivientes a sanar del trauma experimentado, a desarrollar habilidades de afrontamiento y comunicación, a aprender conductas de autorrealización y a perseguir metas para el futuro.
En promedio, el 86% de los clientes informan que permanecen libres de abuso hasta dos años después de dejar los refugios de Bethany House.
Al salir del refugio, las usuarias tienen la opción de participar en el Programa de Cuidados Posteriores de Bethany House. El programa suele tener una duración de dos años, pero puede extenderse según las necesidades individuales. El seguimiento ayuda a garantizar que las sobrevivientes no recaigan en el abuso. Las usuarias pueden recibir asistencia con orientación laboral, búsqueda de vivienda, artículos de higiene personal, regreso a clases y otras necesidades de la vida diaria. Este enfoque proporciona un sistema de apoyo muy necesario para las mujeres, para que no vuelvan a caer en manos de un abusador.
Alcance comunitario
Además de atender a sobrevivientes de violencia doméstica, Bethany House trabaja para involucrar y educar a la comunidad circundante. Al colaborar con funcionarios de seguridad pública, grupos comunitarios y religiosos, proveedores de servicios humanos y otros, Bethany House trabaja para crear una comunidad informada sobre el problema de la violencia doméstica y preparada para responder adecuadamente a las sobrevivientes. También proporciona información sobre diversos recursos locales a la comunidad en general.
Y tú puedes desempeñar un papel:
- Conviértete en voluntario: ayuda con el cuidado de niños, llamadas telefónicas de ayuda, capacitación en habilidades para la vida, tareas de oficina y mantenimiento del refugio.
- Haga una donación en especie para las familias: Contribuya con ropa nueva o usada en buen estado, artículos para el hogar, artículos de tocador, tarjetas de regalo, ropa de cama y almohadas nuevas, artículos de cocina, automóviles usados.
- Donar económicamente: Proporcionar donaciones mensuales o únicas para servir a los residentes de Bethany House, ayudar a mantener los refugios de emergencia y ampliar la capacidad para llegar y servir a más familias.
Este sistema crucial de asistencia y apoyo ayuda a los sobrevivientes a recuperar la estabilidad y la autosuficiencia, brindándoles la confianza para seguir adelante con sus vidas. Y lo celebramos.